Si bien, algunos historiadores han documentado normas de carácter ambiental expedidas en el siglo XIX (e incluso mucho antes), fue en la segunda mitad del siglo XX cuando de manera notable (a nivel global) se empezó a abordar la necesidad de gestionar la relación de la humanidad con la biósfera, en atención a los crecientes problemas ambientales que en ese entonces ya se comenzaban a manifestar con intensidad.